El bloqueo económico de EEUU a Cuba
Jueves, 21 diciembre, 2023 9:20PM
12-2014
La reanudación de relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba comienza a poner fin a uno de los errores más groseros y persistentes de la política internacional norteamericana, como fue reconocido implícitamente por el Presidente Obama.
El bloqueo o embargo económico impuesto en 1961 por los EEUU a Cuba, con la finalidad de debilitar y derrocar al régimen castrista, fue de una torpeza e ineficacia tan grande como quedó demostrado con la continuidad del gobierno de Fidel Castro primero y de su hermano Raúl después, hasta el día de hoy.
No caben dudas que el más perjudicado por el bloqueo fue el pueblo cubano, que desde entonces sufrió toda clase de carencias alimenticias, de medicamentos, de bienes de capital necesarios para la producción, además de la privación de los importantes ingresos provenientes del fuerte turismo norteamericano que se vio prohibido o sometido a extremas limitaciones. Todo ello sin perjuicio del fracaso del sistema comunista que se implantó en Cuba después de la revolución castrista y que tenía todos los elementos para llevar al país al fracaso económico y social al igual que todos los países con gobiernos de ese signo ideológico que terminaron de derrumbarse junto con el muro de Berlín.
El grave error que cometieron los promotores del bloqueo es no haber advertido que llevaría como consecuencia el exacerbamiento del sentimiento antinorteamericano existente en la isla y que además cargarían con todas las culpas de las miserias y privaciones que sufriría el pueblo cubano. De esta forma quedaban abiertas las puertas para que Cuba se convirtiera en aliado del régimen soviético, en el marco de la guerra fría vigente en ese tiempo.
Esa errónea política norteamericana se agravó con el frustrado intento de invasión a isla en la Bahía de los Cochinos, que no sólo terminó con la estrepitosa derrota de los invasores sino que permitió consolidar al régimen castrista. La crisis que desató la instalación de los misiles rusos en Cuba y que puso al mundo al borde de una guerra mundial fue otra consecuencia de estos desaciertos de la política exterior del país más grande de la tierra.
En todos los foros internacionales, sobre todo parlamentarios, en que tuve oportunidad de participar y cada vez que se trataba este tema sostuve de que si se quería que Cuba ingresara en un sistema democrático había que posibilitar su integración con sus hermanas americanas y con el resto del mundo, en vez de aislarla como pretendía EEUU. Inclusive se lo manifesté personalmente a la Secretaria de Estado Madeleine Albright en ocasión de su visita de Estado del Presidente Bill Clinton a nuestro país en 1997.
Los EEUU no sólo persistieron en esa equivocada política sino que pretendieron intensificar el bloqueo, extendiendo sus efectos respecto a otros países o compañías no norteamericanas, que se exponían a sanciones si violaban esa medida manteniendo relaciones comerciales con Cuba, lo que se implementó mediante la denominada ley Helms-Burton, en referencia a los autores de la iniciativa.
Por supuesto que esta ley generalizó los rechazos en contra del bloqueo, sobre todo en cuanto pretendía extender sus efectos a otros países. Ante esa situación presenté un proyecto de ley en el Senado de la Nación por el cual se establecía que no eran aplicables ni tenían ningún efecto jurídico en nuestro país, las leyes extranjeras que tuvieran por objeto restringir o impedir el libre ejercicio del comercio y la libre circulación de capitales, bienes o personas en detrimento de algún país. El proyecto se convirtió en ley el 20 de agosto de 1997 bajo el número 24.871, que fue imitada luego por otros países de la región.
La reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba permite abrigar esperanzas sobre un pronto levantamiento del bloqueo. Así como el Senador Republicano Helms y el Representante Demócrata Burton se pusieron de acuerdo para promover tan cuestionada ley, es hora de que ambos partidos, advirtiendo que la misma no consiguió los efectos perseguidos y sólo perjudicó al sufrido pueblo cubano, procedan a derogarla rápidamente. Razones humanitarias, la efectiva integración americana y el imperativo de promover la cultura de la paz así lo reclaman.
Eduardo Menem